“Quise participar para saber qué metales tengo en el cuerpo”, cuenta Joshua de 10 años, quien, junto a decenas de antofagastinos, participó el pasado fin de semana en un operativo desplegado por el equipo de la Pontificia Universidad Católica de Chile junto a TECHO-Chile y Fundación para la Superación de la Pobreza.
El trabajo en terreno tenía por objetivo reclutar participantes de 14 campamentos de la comuna para el estudio “Metales y Perfil Epidemiológico en Habitantes de la Comuna de Antofagasta”, iniciativa financiada por el Gobierno Regional.
“Es muy importante llegar a las personas que viven en los campamentos, por eso como TECHO-Chile decidimos apoyar esta iniciativa para que, después, las políticas públicas lleguen también a quienes viven en los campamentos. Los pobladores sienten que están siendo parte de un bien común y los niños se suman para ayudar a otros niños”, explicó Mariana Barbosa directora regional de TECHO-Chile Antofagasta.
“Me parece muy buena la iniciativa que han tenido las autoridades al realizar este proyecto para la investigación de los metales en toda la población. Veo como algo muy positivo el darnos cuenta de esta problemática que hay en la ciudad para que las autoridades puedan hacer algo al respecto”, explicó Frassier Alegría, dirigente del campamento Chile Nuevo.
Cabe destacar que se trata de una iniciativa pionera en nuestro país ya que por primera vez se cuantificará la exposición a metales con una representatividad comunal y en una muestra que será representativa para toda la población de Antofagasta.
En ese sentido, la meta se cumplió con creces ya que se evaluaron 98 participantes, alcanzando a la fecha, un total de 872 personas que han abierto las puertas de sus casas para entregar muestras de sangre y orina; todas respondieron también un cuestionario que revelará la realidad de la exposición a metales en estas personas.
“Como responsable del equipo de la PUC que está midiendo los metales en Antofagasta, el haber organizado este operativo durante este fin de semana, junto a TECHO, la Fundación para la Superación de la pobreza y los vecinos ha sido muy valioso. Hemos reclutado una cantidad importante de personas, con variedad de edades, ambos sexos y todos provenientes de los campamentos, lo que nos pone muy contentos porque eso nos permite tener variabilidad en las muestras que estamos recolectando en la ciudad”, explicó la Dra. Sandra Cortés, investigadora a cargo del estudio.
Participación infantil
“Si va a servir a los niños de Antofagasta, entonces sáqueme sangre nomás”, se escucha decir a un niño del campamento Aurora mientras las enfermeras extraen las muestras.
Debido a lo fundamental de que todos los grupos etarios puedan ser representados en la investigación, la Dra. Sandra Cortés hizo un llamado a los padres: “Es muy importante que los niños sean parte del estudio ya que este grupo es mucho más vulnerable a los efectos de los contaminantes y son muchos más sensibles a los daños a su salud en el largo plazo. Por eso, cuando una enfermera invite a una mamá a que su hijo sea incorporado, les pedimos que nos ayuden porque toda la información que nos den es muy valiosa para Antofagasta”, expresó la especialista.
En ese sentido, la Dra. Cortés hizo hincapié en la seguridad del proceso ya que “las enfermeras están entrenadas para tomar muestras de sangre en niños y usan unos dispositivos que se llaman mariposas, que son unas agujas muy pequeñas para extraer la sangre, la que se almacena en un tubo al vacío, usando materiales de primera calidad y medidas de protección para que esa muestra no se contamine”.
Durante las siguientes semanas, el equipo de especialistas seguirá recorriendo las calles de la ciudad, incorporando a personas de ambos sexos, mayores de 5 años de edad y que tengan residencia ininterrumpida en la comuna de Antofagasta durante al menos 5 años, enfocándose especialmente en la población infantil, quienes por estos días se encuentran de vacaciones.
Debido a que la zona de estudio abarca a toda la comuna de Antofagasta, los resultados de la investigación mostrarán la realidad de diferentes sectores y grupos de la población, constituyéndose en un insumo clave para que las autoridades regionales puedan definir políticas públicas de promoción y prevención intersectoriales.
Se espera que las conclusiones sean dadas a conocer a fines de 2018, mientras que los resultados de cada participante serán entregados mediante carta certificada, otorgando asistencia clínica en caso de ser necesario.