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Domingo 20 de Abril del 2025 14:10

Profesora denuncia agresión sexual por parte de docente al interior de una escuela en Antofagasta

Un nuevo caso de violencia en la Escuela José Papic D-68 salió a la luz pública. Este hecho habría ocurrido en diciembre del año pasado y desde ese entonces la profesora interpuso una denuncia en Carabineros y Fiscalía, además de informar su caso a la dirección escolar y a la CMDS. Sin embargo, reclamó que no hay avances y que su colega acusado de agresión sexual sigue trabajando en el lugar. 

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Un nuevo caso de violencia se vivió en la Escuela D-68 José Papic de Antofagasta. Mientras una educadora de enseñanza básica se encontraba en su sala de clases, otro profesor del colegio habría ingresado al lugar para violentarla sexualmente, realizando insinuaciones indebidas que terminaron en tocaciones sin su consentimiento. Este hecho no habría sido el único que afectó a la funcionaria, pues en ocasiones anteriores ella aseguró haber recibido invitaciones no deseadas a su casa a “pasarla rico” y comentarios inoportunos respecto a su físico. 

La docente denunció este caso ante Fiscalía y Carabineros, además de dar conocimiento a la dirección escolar y la CMDS. Si bien desde Fiscalía confirmaron que existe una investigación en proceso, la profesora acusó que no existió un buen proceder por parte del establecimiento educacional y su entidad reguladora. “No me protegieron, no me contuvieron. Me aislaron y me rechazaron. Me dejaron mensajes en visto y correos sin responder. Fue nefasta la actitud. Fui yo quien tuve que dirigirme a las oficinas a preguntar qué estaba pasando por mi caso”, recalcó. 

En este contexto, la pedagoga indicó que la corporación no la podía atender porque se encontraba con licencia médica, aunque desde la Mutual de Seguridad le señalaron que eso no era un impedimento y que sí tenían que reunirse con ella. “Se negaron a atenderme, tuve que insistir y sólo por eso me atendieron”, insistió. 

Además, desde la CMDS no quisieron aceptar como evidencia de lo sucedido, un audio de voz que la profesora grabó cuando su colega admitió el hecho de violencia después de ser increpado por ella, ya que según le comentaron desde la entidad empleadora el audio fue grabado sin el consentimiento del presunto agresor y la funcionaria podría haber “alterado la voz”. “Fue una protección indirecta hacia él, dudaron de lo que mis palabras afirmaban”, expresó. 

Frente al accionar de la escuela, la profesora mencionó que a pesar de pedir discreción con su caso, a través del rumor se dio a conocer a otros funcionarios, generando un ambiente hostil para ella por las miradas y los comentarios que empezó a recibir. “Cuando llegué a la escuela todos me miraban raro, otros con lástima, con pena, con odio. Fue tan incómodo que yo tuve que continuar con licencia médica porque no aguanté”, recordó. 

Asimismo, afirmó que le sugirieron ausentarse a actividades masivas en donde se pudiera encontrar con el presunto victimario, lo que generó que la docente sintiera un aislamiento a ella como víctima y no a su agresor. “Es una sensación asquerosa la que aún tengo cuando empiezo a recordar cómo me enfrenté el sistema”, recalcó.

El hecho de encontrarse con esta persona, ha generado en la profesora una revictimización del acto de violencia, por lo que ha tenido que tomar medidas extremas para evitar verlo, ya que hasta la fecha y según confirmó este medio, el funcionario continúa trabajando en el establecimiento. 

“Tuve que orinar en una botella dentro de mi sala, porque bajar la escalera para dirigirme al baño, era verlo y significaba sentir y revivir una rabia que no puedo explicar”, señaló la educadora, quien además confirmó que ha tenido que buscar ayuda con psicólogo/a particular, puesto que desde la Mutual de Seguridad sólo en una oportunidad le entregaron atención psicológica, de forma online. 

El acto de agresión sexual provocó en la profesora un cambio rotundo. Aseveró que cambió su forma de vestir e inclusive su personalidad, es por esto que a raíz de la publicación del caso de su colega, Katherine Yoma, quien fue amenazada de muerte en la misma escuela, decidió sacar la voz por la irregularidades en las medidas resolutivas. “Tenía la esperanza de que iban a hacer justicia, lo van a reubicar, van a pedirle que me pida disculpas y que nunca más lo haga con alguien, ni con una menor ni con una adulta”, sentenció. 

Algo está pasando en la Escuela D-68. Según la docente esto no es un caso aislado, ya que hay antecedentes de violencia en la comunidad educativa que no se están resolviendo como corresponde. “La violencia no está solamente entre profesores, está entre alumnos y desde apoderados hacia profesores y estudiantes. Todo queda ahí. Las medidas no se toman a cabalidad y en el momento que deben tomarse”, aseguró. 

Por este motivo, es que esta educadora, Katherine y otros/as profesionales de la pedagogía están buscando la forma de dar a conocer sus casos, para así frenar estas irregularidades y convertir el aula de clases en un ambiente seguro para ellos/as, como también para sus estudiantes. “Buscamos poder ejercer con nuestra vocación, en establecimientos que no avalen la violencia”, comentó.