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Sábado 19 de Abril del 2025 09:40

Los desafíos de la Asamblea Ciudadana de Antofagasta

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Cristian Reyes Herrera
Cristian Reyes Herrerahttps://www.diarioantofagasta.cl
Periodista, Licenciado en Ciencias de la Comunicación UCN. Diplomado en Estrategias para Contenido Digital UDP. Soy un #AntofaLover. Director y Fundador de DiarioAntofagasta.cl
Tal como Calama o Aysén, Antofagasta cuenta con su propia Asamblea Ciudadana

Aquella “Antofagasta Dormida” a la que cantara Gamelín Guerra hace casi ocho décadas luego de la crisis del salitre, parece estar poco a poco despertando de su largo sueño. ¿Será una pequeña pausa en esta larga somnolencia o la anhelada vigilia para trabajar por hacer de los sueños una realidad?

Cuando el Presidente Sebastián Piñera asumió su mandato el 10 de marzo del 2010, muchos ignoraron que lo hacía con el respaldo de poco más de tres millones y medio de votos, entre las 11.880.507 personas mayores de 18 años con edad de votar. Contaba, por tanto, con solo un 29,9% de respaldo real entre los ciudadanos.

Los números eran más elocuentes que cualquier encuesta, para demostrar que la principal fuerza política del país, no la conformaban quienes se inclinaron por los candidatos presidenciales de los partidos tradicionales, sino que los más de cinco millones de compatriotas que no estuvieron “ni ahí” con los políticos y no se inscribieron, no votaron, votaron nulo, o en blanco.

Por supuesto, sin considerar que además, quienes finalmente llegaron a las urnas, lo hicieron obligados para evitar una multa o apoyando a regañadientes consignas como “la alternancia en el poder” o “el mal menor”.

Estaba sembrada la semilla de un fenómeno social que no tardó en florecer de Arica a Magallanes. Miles de personas expresando en las calles, su cansancio por años de abandono, durante los cuales casi a nadie entre los ostentosos edificios de los poderes del estado, le importaron los hospitales que se caen a pedazos, la impresentable realidad de miles de familias endeudadas por su educación,  el escandaloso negocio de las Isapres, las AFP, las colusiones, el alto costo de la vida y el uso de las regiones como “patio trasero” de la capital para extraer recursos naturales, sin recibir compensaciones a cambio.

Sin embargo, estas expresiones por sí solas, solo quedarían como ecos en el aire, si no se encontraban acompañadas de referentes donde organizar acciones para hacerlas realidad. La historia nos enseña que cuando los ciudadanos no son representados por las instituciones tradicionales, crean sus propias plataformas.

De este modo nacieron las Asambleas Ciudadanas, instancias donde representantes de diversas organizaciones comunitarias, sociales y gremiales, se agrupan con el fin de conseguir reivindicaciones comunes.

Magallanes, Aysén y Calama fueron quienes “llevaron la batuta” al respecto a nivel nacional, sin embargo, al tratarse de un descontento creciente y mayoritario a nivel nacional, no han tardado en conformarse nuevos referentes en otras ciudades del país.

Así nació este 15 de marzo, la Asamblea Ciudadana de Antofagasta. Una instancia largamente anhelada por muchos ciudadanos y que rápidamente comienza a tomar forma, contando con un apoyo transversal.

Entre sus principales lineamientos,  expresa que nuestra región, ha debido y debe sustentar el desarrollo económico nacional, por lo que demanda y exige que una parte  de  las riquezas que esta región produce deban quedar en los presupuestos regionales, provinciales y comunales, como retribución a la perdida irrecuperable del patrimonio económico de la región , como lo fue en antaño.

Asimismo, busca el empoderamiento del ciudadano de la Segunda Región, con el fin de que conozca sus derechos y responsabilidades hacia la construcción de   una sociedad regional más solidaria, emprendedora, fraterna, justa, consciente de su rica y heroica historia, de la fragilidad de sus recursos naturales y alerta e informado de su futuro.

De este modo, aquella “Antofagasta Dormida” a la que cantara Gamelín Guerra hace casi ocho décadas luego de la crisis del salitre, parece estar poco a poco despertando de su largo sueño. ¿Será una pequeña pausa en esta larga somnolencia o la anhelada vigilia para trabajar por hacer de los sueños una realidad?

Cada uno de los antofagastinos, junto con sus convicciones, tienen la respuesta.

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