Parlamentario aseguró que la iniciativa tiene una mirada economicista pero no considera la complejidad del fenómeno de la migración, los temas de convivencia y también los derechos de quienes llegan al país.
Como un proyecto de ley “carente” de temáticas relevantes para los extranjeros que llegan a Chile para vivir calificó el diputado, Pedro Araya, la iniciativa presentada por el Ejecutivo.
“Nos parece que no va en la línea correcta, tiene una mirada economicista, que lo que busca es traer mano de obra para algunas empresas, y por lo mismo creemos que el gobierno debe retirar este proyecto y presentar una iniciativa que efectivamente aborde la migración como un fenómeno social complejo”.
A su parecer “es necesario que en la moción se traten los temas de salud, educación, integración social, convivencia en los barrios seguridad pública y que el trabajo de los extranjeros sea algo más y no el centro en el proyecto de ley. Por eso, le pedimos al Presidente Sebastián Piñera que cumpla y envíe una propuesta razonable y beneficiosa para quienes llegan a nuestro país a vivir”.
Parte del cuestionado proyecto indica que “las legislaciones modernas sobre migración en el mundo, contienen declaraciones claras sobre propósitos y objetivos, pues existe acuerdo en su incidencia sobre las expectativas de quienes deciden migrar a un país y también permiten la implementación de políticas efectivas para gestionar la migración”.
Agrega “la orientación de la migración hacia la integración es un eje de la reforma. Ello importa conductas tan variadas como pagar impuestos o respetar la legislación nacional. Asimismo, “se reconoce la igualdad de trato y no se tolera la discriminación arbitraria. Para lograr este objetivo es esencial apuntar hacia la migración regular como única vía para la integración plena. Es por ello que el proyecto contiene fuertes incentivos para la regularidad migratoria, de manera que el migrante pueda desarrollar su vida en las mejores condiciones posibles”.
Por el contrario, “vuelve difícil la estancia en condiciones de irregularidad, aún cuando dichas personas gozan como tales de ciertos derechos fundamentales. La irregularidad migratoria perjudica enormemente a quienes sufren dicha condición, pues los excluye del tejido social y económico, privándolos de servicios básicos y volviéndolos vulnerables al abuso. Por otra parte, la irregularidad perjudica a la sociedad receptora, al aumentar la competencia desleal en el trabajo y al favorecer la conformación de guetos de marginación”.
“La migración regular permite también asegurar un adecuado control, manteniendo la seguridad nacional como un criterio informador de toda la legislación migratoria. Adicionalmente, el proyecto pretende fortalecer el vínculo con los chilenos que se encuentran en el exterior, manteniéndolo o recuperándolo en los casos que sea necesario”.
Hoy “existe casi un millón de chilenos que, por motivos económicos, políticos, familiares o de estudio, han emigrado. Buena parte de ellos emigró en los años 70’ por motivos políticos: con ellos es imperativo una reconciliación y acogida real. Por otra parte, el aumento de la migración calificada dentro de la región, en especial a partir de los años 90, ha traído consigo la partida de numerosos profesionales y trabajadores altamente calificados, con la consiguiente pérdida de capital humano en los campos de la ciencia, la tecnología, la innovación y la educación. Es por ello que el proyecto busca preservar un vínculo estrecho con su país de origen”.
Para cumplir con “estos objetivos la reforma busca promover que los migrantes se constituyan en un aporte para el país, pero asumiendo la responsabilidad de proteger sus derechos y asegurar que la migración se realice de manera segura y regular, a través de un procedimiento informado y tendiente a su integración activa a la sociedad chilena”.