
Los periodistas somos profesionales que por naturaleza estamos expuestos al escrutinio de la sociedad. Todos los días nuestro trabajo es visible para la comunidad, y es ésta, quien nos evalúa y marca las diferencias prefiriendo un determinado medio de comunicación. El valor de nuestra profesión está intrínsecamente ligada a lo público. Eso lo aprendemos desde el primer día de clases.
Como profesionales nos movemos entre el sector privado y el público, sin embargo, es en este último donde trabaja la mayor cantidad de nuestros colegas. Por ese motivo, es que como gremio estamos preocupados que los compañeros de profesión mantengan siempre una buena actitud de servicio, asumiendo con pasión y responsabilidad los cargos o misiones entregadas.
Junto con lo anterior, apuntamos a la autorregulación desde la ética profesional, poniendo en primer plano nuestra “conciencia colectiva”. Lo anterior conlleva que comencemos también a pedir respeto y dignidad hacia nuestra profesión. Somos profesionales universitarios, algunos incluso con postgrados, que debemos ser tratados y valorados como tales, tanto por los dueños de los medios de comunicación como por las autoridades de turno.
Como gremio estamos tomando una insospechada fuerza en Antofagasta. Es precisamente esa fuerza -que para el bien de algunos estuvo aletargada un tiempo- la que nos permitirá denunciar colectivamente los abusos, malos tratos, acosos e inclusive las humillaciones que puedan sufrir nuestros colegas. Esta “protección” colectiva también se extenderá hacia los alumnos en práctica de las universidades.
Los periodistas de Antofagasta despertamos. Y hoy estamos reformando nuestra organización con bases sólidas pues así lo demanda nuestra sociedad. Debemos ser un gremio presente, regulador, opinante, comprometido con el cambio social, innovador y profundamente democrático y dialogante con todos los estamentos.
Nuestros colegas hoy saben que cuentan con una organización que los defenderá y que velará por sus derechos. Por otra parte, las autoridades de cualquier nivel así como los empresarios deberán asumir que ya no habrán colegas aislados y temerosos, pues todos los periodistas de Antofagasta somos parte de una gran red activa y vigilante.