El reciente aumento en las multas por mal estacionamiento y el impacto violento de un automóvil con un lomo de toro mal señalizado en Antofagasta nos recuerdan la importancia vital de respetar las normativas de tránsito.
Sin embargo, estos incidentes también destacan una necesidad igualmente urgente: la de una planificación urbana adecuada que contemple no solo el cumplimiento, sino la prevención de accidentes.
Con más de 4.426 infracciones cursadas este año por estacionamiento indebido, es evidente que nuestra ciudad enfrenta un serio desafío en cuanto a la gestión de sus espacios urbanos. Este problema no solo genera inconvenientes y riesgos para los usuarios de las vías, sino que también revela deficiencias en la infraestructura y en la necesidad de mayor fiscalización de las normas de tránsito.
Necesitamos abordar la raíz del problema con una estrategia integral que incluya un ordenamiento efectivo de las calles, mejoras en los estacionamientos disponibles y una promoción más activa del transporte público, para lo cual se requiere colaboración entre las instituciones y privados en al menos cuatro puntos.
Ordenan y reparación de las Calles: La reestructuración de las vías no solo debe buscar mejorar el flujo vehicular, sino también garantizar la seguridad de todos los usuarios de la carretera. Esto incluye la señalización adecuada de lomos de toro y otros dispositivos de calma de tráfico, así como la correcta demarcación de zonas de estacionamiento y áreas restringidas. Además es preciso reparar baches en las calles y veredas, una situación de riesgo que abunda en Antofagasta.
Fiscalización Efectiva: Más allá de las multas, es crucial que exista una presencia constante y visible de autoridades de tránsito. Esta no solo actúa como disuasivo, sino que también permite una respuesta rápida y efectiva ante infracciones, minimizando riesgos antes de que se conviertan en accidentes.
Mejoras en Estacionamientos: Antofagasta requiere urgentemente de una expansión y mejor organización de sus estacionamientos. La creación de más espacios de estacionamiento, especialmente en áreas de alta congestión, podría aliviar significativamente la presión en las calles. Además, la implementación de tecnología moderna, como aplicaciones para reservar y pagar estacionamiento, podría optimizar el uso de estos espacios.
Incentivar el Uso del Transporte Público: Finalmente, para disminuir la dependencia de los vehículos personales, es fundamental mejorar la calidad y la eficiencia del transporte público. En Antofagasta duerme hace años la promesa surgida desde la política de un tranvía, que nunca se concretó. En su momento también se habló de un metrocable, que tampoco prosperó.
Así, una promesa tras otra, lo claro es que ninguna de estas iniciativas vio la luz. Independiente de la opción a elegir, lo que debe ser determinado con los estudios correspondientes, lo claro es que se requieren propuestas para modernizar el transporte público. Esto no solo reduciría la cantidad de vehículos en las calles, sino que también contribuiría a una ciudad más limpia y menos congestionada.
El respeto por las leyes de tránsito es fundamental junto con la fiscalización y sanción, pero además es importante contar con políticas e infraestructura para prevenir y minimizar los riesgos. Una planificación urbana bien pensada y ejecutada, que considere las necesidades y la seguridad de todos los ciudadanos, es el camino hacia una Antofagasta más ordenada y habitable.
No podemos permitir que la falta de previsión y la insuficiente gestión sigan poniendo en riesgo la seguridad y el bienestar de nuestra comunidad. Es hora de actuar con visión y responsabilidad.