El ex aspirante presidencial de RN planteó que lo primero que se evalúa en una elección “es la continuidad del Gobierno” en ejercicio, reconociendo que hubo errores comunicacionales y déficit político. “Estoy convencido de que empezamos como centroderecha y como Gobierno a perder adhesión el 11 de marzo de 2010 y, en consecuencia, lo que corresponde en esta etapa no es fijar la mirada en los últimos noventa días”, agregó.
El electo senador de RN por Santiago Poniente, Andrés Allamand, responsabilizó al Presidente Sebastián Piñera, por la fuerte derrota que obtuvo la derecha en las pasadas elecciones presidenciales y legislativas.
Asimismo, admite que existe consenso en su sector que las razones de la debacle electoral deben buscarse en el déficit político y graves errores comunicacionales, añadiendo que “es evidente que el principal responsable del fracaso electoral es el Presidente Piñera y su gobierno”, afirmando que lo primero que se evalúa en una elección “es la continuidad del gobierno” en ejercicio.
“Cuando se sufre una derrota tan grande, en la que se pierde un millón y medio de votos en cuatro años, el fenómeno se desata mucho antes. Estoy convencido de que empezamos como centroderecha y como gobierno a perder adhesión el 11 de marzo del 2010 y, en consecuencia, lo que corresponde en esta etapa no es fijar la mirada en los últimos 90 días o, si se quiere, 180 días, sino tener una mirada más larga y reflexiva para aquilatar bien las causas de esta derrota y poder sacar las lecciones que corresponden”, afirma en entrevista con La Tercera.
Allamand explica que las razones de la derrota se deben buscar en el déficit político y graves errores comunicacionales, y que detrás de estos hay cuatro que explican el fracaso de la derecha.
En primer lugar, sostiene que hubo una desatención del debate de ideas en la sociedad, ya que el gobierno asumió que dando cuenta de cifras de buen desempeño económico iba a mantener la confianza y “no observó la profundidad de los debates ideológicos que surgieron en la ciudadanía y luego no reaccionó adecuadamente ante ellos”.
Agrega que “hace cuatro años, plantear la ilegitimidad de la Constitución era apenas el planteamiento de una minoría radicalizada. El alza de los impuestos como panacea universal para combatir la desigualdad no aparecía ni siquiera en el programa de Eduardo Frei. En estos ejes, que fueron fundamentales durante la campaña, la centroderecha sufrió graves derrotas. Sus posiciones retrocedieron, no se defendieron adecuadamente y no se transmitió el mensaje que correspondía”.
La segunda razón es la de menospreciar el papel de los partidos, mencionando que “el gobierno de Piñera menospreció a los partidos desde el día uno, y para reafirmar tal concepto, basta simplemente recordar la conformación del primer gabinete, donde prevalecieron los técnicos y se despreció la experiencia política”.
Además, explica que una tercera razón es que el concepto de nueva forma de gobernar se desprestigió rápidamente por dos fenómenos, “la grandilocuencia con que se abordaron las políticas públicas y la efectividad de la llamada letra chica. De la letra chica se ha dicho suficiente, pero en la grandilocuencia todavía hay que insistir. Todos los presidentes cargan con el peso de declaraciones desafortunadas; la del Presidente Piñera es “en 20 días hemos hecho más que la Concertación en 20 años””.
El cuarto motivo, precisa que fueron las expectativas que no pudieron ser satisfechas, principalmente en el ámbito de la lucha contra la delincuencia y que fue una de las principales promesas hechas por Piñera durante su campaña presidencial.
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