Lea la declaración de Paulina Rubilar, la estudiante chilena protagonista de las imágenes con su rostro ensangrentado que dieron la vuelta al mundo.
La estudiante de 5° año de la carrera de Sociología de la Universidad de Concepción, Paulina Rubilar, confirmó que recibió una bomba lacrimógena en pleno rostro por parte de carabineros mientras protestaba contra el gobierno chileno.
Desde el hospital de Concepción y mediante un comunicado, la joven manifestó que fueron perseguidos por carabineros que ingresaron ilegalmente al interior del campus universitario, lugar en donde recibió el disparo de la lacrimógena desde una distancia no mayor a 20 metros por parte de un efectivo de las Fuerzas Especiales.
La joven denuncia además serias irregularidades en el procedimiento policial, ya que posteriormente cinco efectivos policiales se hicieron presentes a hacerle guardia en el hospital y negaron tajantemente lo sucedido.
“Desmiento, de manera rotunda, todo lo dicho hasta este minuto por carabineros, fueron ellos, y no otra cosa, los que dispararon sobre mí, losque me apuntaron, se burlaron y me abandonaron sin prestarme auxilio“.
La joven destacó quien durante el ingreso al campus los efectivos actuaron sin mediar provocación e incluso “intentando atropellar a compañeros con sus carros,mojando a destajo a cualquiera que se interpusiera en su camino y aumentando de manera brutallos disparos de gases lacrimógenos“.
El actuar de la policía chilena en contra de la disidencia ha sido criticada también desde el exterior. Amnistía Internacional criticó duramente el actuar represor del gobierno chileno contra la disidencia política. El presidente de dicha entidad, Hernán Vergara, aseguró que en nuestro país se registra un creciente problema de criminalización y penalización de la protesta social por parte de los servicios policiales.
En tanto, se ha iniciado un debate respecto al contenido de las bombas lacrimógenas, dado que los gases que itiliza carabineros está prohibido en otros países del mundo, y puede ser abortivo, segpun denunció el toxicólogo de la Universidad de Chile, Andrei Tchernitchin.